COMPRA DE ALIMENTOS A TRAVÉS DE INTERNET

Escrito por Ana Sebastián

Oct 22, 2019

22 de octubre de 2019

Qué estoy comprando y a quién se lo estoy comprando

Los nuevos usos y costumbres de la sociedad han convertido a las compras a través de internet en una forma cada vez más habitual entre buena parte de la población para la adquisición de todo tipo de bienes. A lo largo de los últimos tiempos, en esta misma su revista, hemos repasado en no pocas ocasiones algunas de las características de las compras y ventas a través de internet, recordándoles todos los derechos que como consumidores les amparan y todas las precauciones que deben tomar a la hora de realizar este tipo de transacciones. Ahora bien, ¿qué sucede cuando lo que queremos comprar a través de internet son alimentos? ¿Existe algún tipo de protección extra para los consumidores? ¿Quién puede vender alimentos a través de páginas web? A modo de resumen, pues a lo largo del siguiente reportaje y de la mano de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) iremos desarrollando las respuestas a éstas y otras preguntas relacionadas con la venta de alimentos por internet, hay dos máximas que todo consumidor debe tener siempre presente: qué estoy comprando y a quién se lo estoy comprando.

Como decíamos, las facilidades que da la compra a través de internet, evitándonos desplazamientos, ahorrándonos tiempo o dándonos acceso a catálogos infinitos de productos, pudiendo además comparar precios fácilmente, ha hecho que ya sea habitual entre muchas familias la compra de alimentos por internet. Sin embargo, y tal y como recuerdan desde la citada agencia, este tipo de transacciones no está exento de riesgos y tratándose de alimentos el consumidor deberá extremar las precauciones.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que los titulares de las páginas web y los productos que en ella se comercialicen “deben cumplir toda la legislación existente en la Unión Europea, de la misma forma que si se adquiriesen en una tienda convencional”, tal y como se recoge en dos guías informativas recientemente publicadas por Aesan en una doble dirección: una primera dirigida a los consumidores, en la que se informa de los requisitos que se deben tener en cuenta y se dan consejos para una compra segura; y una segunda dirigida a los operadores económicos, en el que se informa de la legislación aplicable y de los requisitos que deben cumplir.

Consejos para los consumidores

De esta manera, el hecho de que comercializadores y productos deban seguir la normativa europea vigente, no exime de cierto riesgo, que se acentúa en el caso de las páginas web que venden alimentos, sin tener tienda física. Desde la agencia denuncian que este tipo de páginas web son aprovechadas en algunas ocasiones para comercializar productos o alimentos cuya venta no está permitida en España y que escapa, por tanto, a los controles sanitarios. Podría tratarse de alimentos no autorizados o de complementos alimenticios, con componentes farmacológicamente activos, con el riesgo que ello puede acarrear.

Este riesgo nos lleva a escuchar un consejo directo y claro que todo consumidor debe tener en cuenta a la hora de comprar alimentos o bebidas por internet: qué es lo que estoy comprando y a quién se lo voy a comprar. Garantizar al cien por cien la seguridad es complicado pero haciéndonos esta doble pregunta y atendiendo a las respuestas podremos navegar y adquirir bienes con mucha más tranquilidad.

¿A quién estoy comprando?

Empezando por la segunda pregunta atajaremos bastante en el camino de la seguridad, pues si el que va a ser nuestro proveedor es de total garantía es entendible que los productos que comercialicen sean conforme a las exigencias que en nuestro país existen con respecto a la alimentación. Es decir, no es lo mismo hacer una cesta de la compra en la página web de un supermercado de ‘los de siempre’ que hacerlo en una página web desconocida que ni siquiera presente correctamente los datos básicos exigidos sobre su titularidad.

En este sentido cabe destacar que el titular de la página web será el responsable de la comercialización y debe garantizar la seguridad alimentaria de los alimentos que pone a la venta y el cumplimiento de todas las normas existentes. Volviendo al ejemplo, nos será mucho más fácil identificar al responsable en una web de supermercados que en una de desconocido origen.
Es por ello que desde la Unión Europea todos los titulares de las páginas web están obligados a poner a disposición de los destinatarios del servicio sus datos en la página web de forma permanente, fácil, directa y gratuita:
– Nombre o denominación social.
– Dirección
– Correo electrónico.
– Contacto. Formularios, teléfonos…
– Número de Identificación Fiscal.
– Datos de inscripción en el Registro Mercantil.
– Información clara y exacta del precio de los productos o servicios, indicando si éstos incluyen impuestos y gastos de envío.
– Códigos de conducta a los que esté adherido y su forma de consultarlos electrónicamente.

¿De dónde es el comercio?

Nacionales y Unión Europea.
El origen del comercio también nos condicionará la forma de relacionarnos con el mismo y la seguridad con la que lo haremos, pues no es lo mismo hacerlo con una empresa nacional o europea que con otras que escapan a nuestra legislación.
Y es que todas las páginas web de la Unión Europea que comercializan alimentos tienen la obligación de estar registradas en los registros existentes en cada uno de los estados miembros que, en el caso de España, se corresponde con el Registro General Sanitario de Establecimientos Alimentarios y Alimentos, comprobable desde la web de Aesan.

Fuera de la Unión Europea.
Los titulares de páginas web ubicados fuera de la UE han de cumplir la legislación de seguridad alimentaria de sus países y no la normativa europea. Por tanto, no se encuentran sujetos a los mismos controles sanitarios.
En muchas ocasiones, en páginas web de fuera de la Unión Europea se ofrecen precios mucho más competitivos que tiene que ver con un grado mucho menor de exigencia sobre los requisitos de higiene y de seguridad alimentaria. En estos casos es necesario extremar las precauciones.

Particulares.
En cuanto a los particulares, la normativa europea de seguridad alimentaria no permite que los particulares comercialicen alimentos si no están convenientemente registrados. En caso de que un particular quiera vender alimentos, debe registrarse como operador alimentario y cumplir la normativa y requisitos sanitarios.

Plataformas de venta (Amazon, Ebay…)
Las plataformas de venta funcionan como intermediarios, por lo que no serán los últimos responsables, responsabilidad que recaer sobre los proveedores de cada producto. Precisamente por ello, lo que sí deben hacer las plataformas es indicar claramente quién es el vendedor del producto, para poder comprobar si la empresa vendedora cumple los requisitos.

El producto: ¿qué estoy comprando?
Como decíamos, comprar en una página web segura nos garantizará en buena medida que los productos que en ella se comercializan también son seguros, pues éstos deben cumplir con la legislación europea y nacional sobre alimentos y su etiquetado, de los que en alguna ocasión les hemos hablado en esta misma revista. Hay que tener claro que sobre el producto que compramos en internet debemos recibir la misma información que si lo comprásemos en una tienda física y debemos recibirla de forma clara, fácil de entender y que no lleve al engaño. Toda esa información deberá recibirse antes de efectuar el pago y en el momento de la entrega estará disponible por escrito toda la información obligatoria.
Igualmente, el envasado y el etiquetado deben llevar toda la información obligatoria, como la denominación del alimento, la lista de ingredientes, los alérgenos que pudieran contener como ingrediente o como trazas, cantidad neta, condiciones de conservación, datos del responsable de la comercialización, origen, modo de empleo, grado alcohólico o fecha de caducidad.

Hay que estar especialmente atento a…
En el caso de los proveedores, deberemos estar especialmente alertas si:
– No hay información completa y clara sobre la titularidad.
– Página web lleva a otra web al hacer el pedido.
– No se da toda la información sobre los productos.
– No aparece de forma clara información sobre precios en euros, garantías o cancelaciones.
– Ofertas demasiado buenas y fuera de mercado.
– Páginas centradas en un único producto milagroso.
– Nombre de la página web completamente diferente a lo que puede esperarse para un tienda de alimentos.
– Muchos errores ortográficos o expresiones sin sentido fruto de una traducción automática.
En la caso de los productos, deberemos sospechar si:
– Precios mucho más bajos de lo esperable,
– Etiquetado borroso, ilegible o incompleto.
– Si el lugar de origen de la web se encuentra a gran distancia del origen del producto.
– Productos ‘milagrosos’.
– Si se basan en estudios o investigaciones científicas de dudosa veracidad o se ‘adornan’ con fotos del antes y el después.

A la hora de recibir el pedido
En cualquier caso, todo lo anteriormente expuesto no deja de ser advertencias para movernos con cierta tranquilidad a la hora de comprar alimentos por internet, pero no conlleva que todos los sitios web sean fuente de problemas, pues en la actualidad hay un amplio abanico de páginas web en las que podremos adquirir nuestra cesta de la compra, sin problema.
Por todo ello, si ya sabes a quién compramos y qué es lo que hemos comprado, las dos cuestiones claves, y hemos realizado el pedido, solo queda un único paso que es comprobar que lo que nos ha llegado a nuestro domicilio se corresponde con lo que habíamos solicitado.
Al recibir el pedido deberemos comprobar que:
– Los productos se corresponden con nuestro pedido.
– Que el embalaje se encuentra íntegro y no dañado.
– Que el etiquetado de los distintos productos es el correcto e incluye toda la información obligatoria.
– El producto, sobre todo si estamos hablando de alimentos frescos o congelados, llega a la temperatura adecuada.
– Que aparece las fechas de caducidad o consumo preferente y, sobre todo, que es correcta.
En cualquier caso, no dude en reclamar cualquier anomalía que detecte en cuanto a su pedido y es importante que se notifique a la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid cualquier problema o sospecha relacionado con un alimento comprado online, sobre su calidad, seguridad o información de venta incorrecta.
Gracias a las denuncias de los usuarios las Autoridades Sanitarias actuarán para localizar a los responsables y adoptarán medidas para proteger a los consumidores, retirando el acceso a la compra de los productos que supongan un peligro o incluso en los casos más graves procediendo al cierre de toda la página web e imponiendo sanciones en caso necesario.

Normativa
Por último, desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recuerdan que además de las normas sobre seguridad alimentaria de las que les hemos venido hablando en este texto, los vendedores por internet deben cumplir todas las normas aplicables a la venta electrónica del resto de productos diferentes de alimentos y, en especial, la Ley Orgánica 15/1999, de protección de datos de carácter personal y el Real Decreto Legislativo 1/2007, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.
No obstante, recuerde que como socio de la Unión de Consumidores de Madrid-UCM nuestros agentes están a su disposición para atender cualquier tipo de duda o consulta que con respecto a la adquisición de un alimento por internet pudiera tener.

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