La clasificación energética de los frigoríficos es un sistema de etiquetado que proporciona información esencial sobre el consumo energético de estos electrodomésticos, ayudando a los consumidores a identificar los modelos más eficientes ya tomar decisiones informadas para reducir su consumo de electricidad y su impacto ambiental. Desde el 1 de marzo de 2021, en la Unión Europea se implementó un nuevo sistema de etiquetado energético, eliminando las antiguas categorías de A+, A++ y A+++ para facilitar una comprensión más clara y sencilla.

Este nuevo etiquetado energético clasifica los electrodomésticos, incluidos los frigoríficos, en una escala de siete niveles que van de la A a la G. Esta escala se corresponde con un código de colores que va desde el verde oscuro hasta el rojo, indicando el nivel de eficiencia energética. Un frigorífico clasificado en la letra A, de color verde oscuro, representa la máxima eficiencia energética y, en el otro extremo, la G, de color rojo, indica la menor eficiencia. Este sistema renovado permite al consumidor identificar fácilmente los productos más eficientes y sostenibles para el hogar.

Nueva escala de clasificación energética

La clasificación energética de los frigoríficos se organiza en las siguientes clases:

1. Clase A : Es la clase de mayor eficiencia energética y su color característico es el verde oscuro. Solo los electrodomésticos más avanzados tecnológicamente logran esta categoría, ya que cumplen con los estándares más rigurosos de ahorro energético. Estos frigoríficos, aunque suelen tener un precio inicial más alto, ofrecen un retorno en forma de ahorro en la factura eléctrica y un menor impacto medioambiental.
2. Clase B : Representada por un color verde un poco más claro, esta clase equivale a lo que anteriormente era la categoría A+++. Es ideal para quienes buscan un equilibrio entre ahorro energético y coste, ya que sigue siendo una opción muy eficiente.
3. Clase C : Con un color verde de intensidad media, esta clase corresponde a lo que anteriormente era A++. Los frigoríficos de esta categoría aún ofrecen un buen nivel de eficiencia energética, aunque inferior a las categorías A y B.
4. Clase D : La clase D utiliza el color amarillo y se asemeja a la antigua A+. Aunque es menos eficiente que las anteriores, sigue siendo una opción aceptable para reducir el consumo energético respecto a modelos de menor calificación.
5. Clase E : Identificada con el color naranja, en esta clase se encuentran los electrodomésticos que previamente habrían sido clasificados como clase A en la escala antigua. Estos frigoríficos no destacan por su eficiencia, pero pueden ser opciones más económicas.
6. Clase F : Representada con un color naranja intenso, esta clase agrupa a los frigoríficos con menor eficiencia en comparación con las clases anteriores. Corresponde a la antigua categoría B, y aunque son funcionales, su consumo energético es considerablemente mayor.
7. Clase G : Este nivel, de color rojo, es el de menor eficiencia energética y corresponde a los electrodomésticos que consumen más energía. Elegir un frigorífico con esta clasificación implicará un gasto elevado en la factura de la luz y un impacto ambiental superior.

Importancia de elegir un frigorífico de alta eficiencia energética

Optar por un frigorífico de alta eficiencia energética , es decir, con una clasificación cercana a la clase A, tiene ventajas claras para el consumidor y el medio ambiente. Los modelos de alta eficiencia no solo ayudan a reducir el consumo eléctrico en el hogar, sino que también contribuyen a la reducción de las emisiones de CO₂. Dado que los frigoríficos están en funcionamiento las 24 horas del día, su eficiencia energética se traduce en un impacto directo en la factura de electricidad. Además, estos frigoríficos suelen contar con tecnologías innovadoras como compresores de velocidad variable y mejores aislantes, lo que maximiza su rendimiento y durabilidad.

Beneficios para el medio ambiente y el ahorro familiar

Adquirir un frigorífico de clase energética A, B o C también es una decisión sostenible, pues disminuye la demanda energética general y reduce la dependencia de fuentes no renovables. Además, gracias al etiquetado energético, los consumidores pueden prever el consumo anual de un electrodoméstico y calcular el impacto a largo plazo en su factura de electricidad. Este cálculo facilita una mejor planificación financiera, ayudando a muchas familias a realizar inversiones inteligentes en electrodomésticos que mejoren su eficiencia en el uso de energía en el hogar.

Consejos para elegir la clasificación energética de un frigorífico

Al elegir un frigorífico, es recomendable optar por uno que se encuentre en las primeras clases (A o B), ya que un electrodoméstico más eficiente representa una inversión a largo plazo. Es importante revisar la etiqueta energética y comparar modelos en función de sus características y consumo anual estimado. A menudo, los modelos de mayor eficiencia pueden tener un coste inicial más alto, pero el ahorro que generan en las facturas mensuales de electricidad compensa rápidamente la inversión inicial.

Conocer y entender la clasificación energética de los frigoríficos es esencial para hacer una elección responsable y alineada con el ahorro energético y la sostenibilidad. Elegir un frigorífico eficiente no solo ayuda a reducir los costes de energía, sino que también favorece un entorno más sostenible para todos.