ESTAFAS EN INTERNET

Escrito por Jorge Sanz

Dic 12, 2020

12 de diciembre de 2020

La mejor actitud es la preventiva a la hora de realizar compras por internet, basándonos en estar correctamente informados y en saber a quién le estamos comprando. Queremos detendremos en hablar de algunos peligros en forma de fraudes que nos podremos encontrar si no somos consumidores inteligentes o no tomamos las debidas precauciones. Debemos tener en cuenta que muchos de los aspectos que tratamos en lo referido a compras por internet se refieren a la directriz europeo que marca la norma en territorios de la Unión Europea pero que cuando accedemos a Internet lo hacemos a un mercado global en el que conviven empresas que cumplen con cada uno de los requisitos establecidos como mafias que buscan engañar a los usuarios para conseguir su datos bancarios o, simplemente, engañarnos. Por eso el consumidor digital debe ser conocedor de los distintos tipos de fraudes para establecer las debidas precauciones ante los mismos. De las manos de Incibe, el Instituto Nacional de Ciberseguridad, repasaremos algunos de los principales modus operandi de aquellos que quieren estafarnos. Finalizaremos además con unos consejos para descargarnos con seguridad aplicaciones para los dispositivos móviles.

Phising
Así, uno de los métodos más utilizados para obtener información de los usuarios de forma fraudulenta a través de internet suplantando la identidad de páginas de servicios conocidos, instituciones públicas, redes sociales, así como de bancos, cajas y otras entidades financieras es el denominado Phising.

En la práctica consiste en hacerse pasar por un servicio web conocido para el usuario para engañarle y solicitarle contraseñas, datos personales o bancarios, que luego utilizará o venderá a terceros para cometer otros fraudes. Para obtener esta información, los ciberdelincuentes generalmente facilitan un enlace que redirige al usuario a una página web fraudulenta que simula ser la legítima.

¿Cómo actuar frente al Phising?
Lo primero sería desconfiar de mensajes no habituales de nuestra entidad bancaria, especialmente alarmistas o que intentan llevar a otro enlace o a descargar un fichero de manera precipitada. No dude en consultar directamente con su banco si le han remitido un correo que le haga saltar las alarmas.

Igualmente no se debe responder a correos electrónicos o mensajes que se reciben sin ser esperados y en los que se nos solicitan datos personales o bancarios. Igualmente no dude en consultar al supuesto emisor del mensaje o incluso con las fuerzas de seguridad del Estado si algún mensaje de este tipo llama su atención.

Desconfíe si se recibe un mensaje de un usuario desconocido o aun siendo conocido, el contenido es sospechoso, hay que ser cautos y no hacer clic en los enlaces que pueda contener.

Tenga en cuenta que ninguna entidad, empresa o servicio con buena reputación solicitará datos de acceso a sus cuentas online u otros datos relacionados con el usuario bajo ninguna excusa a través del correo electrónico. Nunca conteste a este tipo de mensajes. Simplemente elimínelos o denúncielos ante la policía.

Carding
Si con el Phising lo que se busca principalmente es el acceso a nuestros datos bancarios, el Carding, otra modalidad de actividad delictiva, consiste en la utilización fraudulenta de numeraciones válidas de tarjetas de crédito/debito para efectuar compras por internet en comercios virtuales.

Si por cualquiera de los métodos habitualmente utilizados por estas mafias consiguen los datos de nuestra tarjeta, es bastante probable que se ejecuten compras por internet a nuestro cargo, lo que deberá ser denunciado desde el mismo momento en el que nos demos cuenta de que nos están cargando en la tarjeta compras que no hemos realizado, además de reclamar la devolución de los cargos efectuados.

Es bastante aconsejable revisar periódicamente y con cierta frecuencia los movimientos de nuestras cuentas bancarias y, por supuesto, anular inmediatamente las tarjetas en caso de pérdida o de sustracción.

Páginas de venta online falsas
En ocasiones el fraude es mucho más sencillo y no necesitan de métodos más elaborados para realizarlos, basta con hacer pasar por un comercio online a una página web falsa. Tan básico como que el consumidor o usuario jamás recibirá el bien o servicio adquirido o contratado. Evidentemente estas páginas falsas escapan de la normativa vigente por lo que no habrá garantía ninguna para los consumidores que caigan en sus redes.

En el capítulo anterior les facilitábamos algunos métodos de comprobación para asegurarnos las compras seguras como podían ser saber quién está detrás de la página donde vayamos a comprar, que se trate de una url segura (https) o que cuente con un sello de calidad.

Sospeche además de tiendas con precios muy por debajo del precio de mercado, o si todos los productos se venden al mismo precio, independientemente del modelo. En ocasiones, la misma apariencia de la página puede delatar su falsedad, sin homogeneidad en la imagen, términos mal traducidos, baja calidad de imágenes o marcas de agua en las mismas… Todo ello debe levantar sus sospechas y detener la compra antes de realizarla.

Otro posible indicador, páginas que ofrecen diversas formas de pago pero a la hora de la verdad solo nos permiten hacerlo por tarjeta bancaria, con lo que se aseguran la transacción.

Productos falsos o robados
En ocasiones la estafa consiste en hacernos pasar por verdaderos productos falsos o directamente en vendernos productos robados.

Por ello debe usted desconfiar de todos aquellos productos, en especial aquellos de alta gama, cuando su precio esté muy por debajo del precio del mercado. El viejo dicho de ‘nadie da duros a pesetas’ sigue siendo válido en plenos siglo XXI.

Por ello siempre que se pueda se debe comprar en páginas oficiales y/o de confianza, sin caer en provocaciones de “gangas imposibles”. Si existen razones fundadas que indiquen que el producto adquirido se trata de una falsificación, se denunciará en Dependencias Policiales.

Otras estafas por internet
– Estafas de pago por anticipado. La víctima es persuadida para adelantar dinero con la promesa de obtener una mayor ganancia posteriormente. Dentro de esta modalidad es recurrente la de notificarle como ganador de un determinado premio pero le pedirán que adelante una cantidad para poder hacerlo efectivo.

– Timos de compra online. Una página web anuncia un coche de alta gama. El vendedor afirma que no puede realizar la transacción porque normalmente no está en el país pero ofrece que un conocido suyo traslade el vehículo previo pago de dinero. El coche no existe y no se entregará nunca. La misma estafa puede tener por objeto cualquier bien o servicio (no necesariamente vehículos).

– Estafas sentimentales, amorosas o de romance. El estafador usa un servicio de citas online o de mensajería instantánea demostrando interés sentimental en la víctima y a veces enviando fotos de una persona atractiva (nunca del estafador). Una vez ganada la confianza propondrá encontrarse pero pedirá dinero con la excusa de pagar el avión, hotel, etc. También puede aducir problemas de salud o estar bloqueado en un país extranjero. También puede decir que dispone de información privilegiada que da acceso a una inversión altamente rentable. En cualquier caso siempre necesita dinero para evitar algún problema

– Extorsiones. Hitmen, amenazas, bombas… Un “hitman” es un “asesino a sueldo”, un “matón” o un “gangster”. La estafa consiste en que el presunto hitman nos dirá por correo electrónico que un compañero, rival, competidor etc. le ha ofrecido asesinarnos, pero que él declinará la oferta si le ofrecemos una cantidad igual o superior.

– Estafas de caridad. El estafador suplanta una organización de caridad solicitando donaciones para catástrofes naturales, ataques terroristas, enfermedades o para atender a una madre o hijo enfermos. Pueden llegar a usarse logotipos de organizaciones prestigiosas.

– Ofertas de trabajo falsas. Si ha ofrecido su currículo en varios sitios de Internet es posible que los estafadores hayan recabado sus datos. La estafa consiste en ofrecerle un puesto de trabajo, previo pago, con unas condiciones salariales muy buenas que no son reales puesto que el trabajo ni siquiera existirá.

– Oportunidades de negocio / Trabaje desde casa. Similar al anterior. Se ofrecen grandes rendimientos o trabajos muy rentables. Siempre se pide una cantidad por anticipado en concepto de permisos, compra de material, etc. En las modalidades más modernas de la estafa se llega incluso a crear una página Web con toda la apariencia de ser una auténtica organización que ofrece realmente el negocio o trabajo.

– Pharming. Los timadores buscan vulnerabilidades informáticas en sitios Web auténticos para poder direccionar las visitas que se realizan a éstos hacia sus propias páginas Web desde las que obtienen la información de las víctimas.

Aplicaciones maliciosas
Pero si venimos hablando de los peligros a los que nos podemos enfrentar a la hora de hacer una compra por internet, si no somos lo suficientemente precavidos, no podemos dejar fuera una realidad cada vez más presente en nuestro día a día como son las compras online a través de aplicaciones para dispositivos móviles. De hecho, de la misma forma que les insistimos en la necesidad de verificar la seguridad de un sitio web tradicional, hemos de hacerlo con las aplicaciones que descargamos para realizar compras en internet.

Consejo para no instalar apps maliciosas:
– Debemos asegurarnos de que estamos descargando la app oficial y una suplantación de la legítima. Comprobar cuál es la entidad que figura como desarrollador de la aplicación es una buena práctica, así como la política de privacidad.
– Es aconsejable revisar los permisos de la app para tener bajo control qué solicita al instalarse y para qué.
– Debemos valorar si los permisos que solicita son razonables para el funcionamiento que ofrece.
– Podemos consultar los comentarios y la valoración que han realizado los usuarios sobre la app antes de instalarla o comprar a través de ella. Las opiniones, siempre y cuando sean una muestra suficiente, pueden ayudar a identificar si se trata de una app fraudulenta o de mala reputación.
– El número de descargas de la app también da pistas sobre la misma. Por ejemplo, si se trata de una app muy conocida y cuenta con pocas descargas, es probable que no se trate de la aplicación oficial y, por tanto, hay que ponerla en cuarentena y revisar el resto de indicaciones para valorar su fiabilidad.
– Evitar siempre descargar apps de portales no oficiales, ya que no hay ninguna garantía de seguridad de las aplicaciones allí alojadas y cualquiera ha podido manipularlas.
– Leer la política de privacidad, pago y seguridad.

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