Los rescates y accidentes en la montaña son una preocupación constante para los amantes de la naturaleza y los deportes de aventura. Aunque la mayoría de las personas que realizan estas actividades tienen una buena preparación y toman medidas de seguridad adecuadas, a veces ocurren situaciones inesperadas que pueden requerir la intervención de equipos de rescate especializados.

• ¿Quién realiza los rescates?

Las competencias en materia de rescate y salvamento recaen en las Comunidades Autónomas. Cada Comunidad es responsable de la organización y gestión de los servicios de emergencia y salvamento en su territorio. Para ello disponen de sus propios protocolos de actuación y recursos disponibles para estos servicios.

Los rescates en la montaña pueden ser llevados a cabo por equipos de rescate especializados, como bomberos, policías, guardias forestales y grupos de rescate de montaña. En algunos casos, se puede utilizar un helicóptero para transportar a la persona accidentada o para realizar un rescate en lugares de difícil acceso.

En España, la mayoría de los rescates en la montaña son llevados a cabo por el Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil y son completamente gratuitos, ya que se trata de una unidad de rescate pública. 

Sin embargo, en algunos casos, otros equipos de rescate como los bomberos, la Ertzaintza e incluso unidades privadas, pueden ser contratados para realizar un rescate y cobrar por sus servicios.

Hay siete Comunidades Autónomas en España que se rigen por la ley de tasas, la cual establece las normas reguladoras de las tasas por la prestación de servicios. Estas comunidades incluyen Cataluña, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Navarra, País Vasco y Canarias. Aunque la ley permite el cobro de rescates en algunas circunstancias, los criterios para su aplicación son variables entre las distintas comunidades autónomas.

En algunos casos, un rescate en la montaña puede oscilar entre 200 y 300 euros, mientras que si es necesario el uso de un helicóptero y el traslado al hospital, la cifra puede llegar a superar los 6.000 euros e incluso duplicar esta cantidad, que dependerá de muchos factores como: de los medios a emplear y el número de personas para las que se realice el rescate, la localización del accidente y de las circunstancias que lo rodeen.

Sin embargo, no es fácil cobrar un rescate, ya que es necesario demostrar la negligencia del montañero. Algunas imprudencias, como pasar por una zona prohibida o emprender una caminata con mal tiempo, pueden ser sancionadas si se demuestra que son temerarias. 

• ¿La Seguridad Social cubre los gastos de accidentes en montaña?

En España, la Seguridad Social no proporciona cobertura para los accidentes deportivos. Aunque no es obligatorio contar con un seguro de montaña u otro seguro deportivo como licencia deportiva, en caso de sufrir un accidente deportivo, deberemos pagar nosotros mismos los gastos médicos ocasionados.

Además, la responsabilidad civil tampoco es obligatoria, pero si causamos daño a una tercera persona en el transcurso de una actividad deportiva, deberemos pagar por los daños causados.

En cuanto a los rescates realizados en deportes de riesgo, tampoco están cubiertos por la Seguridad Social. Si sufrimos un accidente en una zona montañosa y no es posible el acceso en ambulancia terrestre, se podría necesitar un rescate en helicóptero con los gastos que mencionamos anteriormente.

En caso de sufrir un accidente deportivo, debemos ser llevados al centro médico más cercano y adecuado para tratar nuestra lesión, y este centro suele ser un hospital de la Seguridad Social. Los gastos médicos serán reclamados a la compañía aseguradora o a nosotros mismos si no contamos con un seguro.

• ¿Es obligatorio tener un seguro privado para actividades de montaña?

No es obligatorio estar en posesión de un seguro de estas características, pero sí aconsejable dependiendo del tipo de actividad que se realice, frecuencia, etc. 

Existen dos opciones principales para aquellos que deseen contar con un seguro en el ámbito deportivo: un seguro privado deportivo o una licencia federativa.

Un seguro privado deportivo puede ser contratado por cualquier persona, independientemente de su afiliación a una federación deportiva. Este tipo de seguro ofrece una cobertura personalizada para la práctica de un deporte determinado y puede incluir aspectos como la responsabilidad civil, la asistencia sanitaria, la indemnización por lesiones o accidentes, o el reembolso de gastos médicos y de rescate en caso de accidente.

Por otro lado, la licencia federativa es una afiliación a una federación deportiva que da acceso a una serie de beneficios y servicios exclusivos. Además de la cobertura de un seguro deportivo, la licencia federativa puede incluir otros servicios como descuentos en la inscripción a eventos deportivos, acceso a instalaciones deportivas, formación técnica y la posibilidad de participar en competiciones y eventos oficiales. La licencia federativa también es necesaria para poder participar en competiciones oficiales y optar a premios y reconocimientos en eventos deportivos.

En general, la principal diferencia entre un seguro privado deportivo y una licencia federativa es el acceso a servicios, tipo de cobertura y beneficios adicionales que ofrece la afiliación a una federación deportiva. Aunque ambas opciones proporcionan una cobertura de seguro en caso de accidentes deportivos, la licencia federativa puede ser más adecuada para aquellos que participan en competiciones oficiales o desean acceder a otros servicios y beneficios exclusivos. En cualquier caso, es importante evaluar las opciones y comparar para poder elegir la que mejor se adapte a nuestras necesidades y actividades deportivas.

Como decimos, aunque no es obligatorio contar con un seguro de montaña o un seguro deportivo, es altamente recomendable tener uno para cubrir los gastos médicos y de rescate, en caso de accidente deportivo, así como la asistencia sanitaria especializada, la ortopedia, la rehabilitación y la repatriación, entre otras. La responsabilidad civil también es importante para cubrir los daños causados a terceras personas. Con una preparación adecuada y las medidas de seguridad precisas, se puede disfrutar de actividades deportivas de riesgo de manera segura y responsable.