El vehículo privado sigue siendo el usado por la mayoría de los españoles para sus desplazamientos durante el verano, donde los viajes se multiplican exponencialmente debido a los periodos vacacionales. Dos son las máximas que debemos tener presentes en nuestros desplazamientos en coche, caravana, motocicleta, furgoneta…: previsión antes de emprender el viaje, tanto a la hora de revisar el coche como de planificar el desplazamiento, y precaución al volante mientras estamos en carretera. Cumplir con rigor estos dos consejos le ayudarán a evitar un número nada bajo de posibles problemas durante sus desplazamientos por carretera.
Previsión
Como decíamos, la previsión ayudará a evitar problemas, tanto mecánicos como en el trayecto. Hay que señalar que durante los meses de verano las temperaturas pueden llegar a ser extremas en buena parte del país y las oscilaciones térmicas entre el día y la noche pueden ser notorias en otras tantas. Por ello, el número de incidencias que necesitaron asistencia en carretera crece principalmente en verano por problemas relacionados con la batería y los neumáticos, lo que deriva principalmente de las altas temperaturas durante estos meses. Llevar el coche a un taller especializado para una revisión ordinaria puede ser un buen consejo.
¿Qué revisar?
Muchas personas con cierto nivel de conocimiento de la mecánica del automóvil prefieren revisar ellos mismos el vehículo antes de iniciar viaje. Pero, ¿en qué puntos debernos fijarnos?
– Revisar el buen estado mecánico general, la batería y, especialmente, comprobar los frenos.
– Comprobar las escobillas y funcionamiento del limpiaparabrisas y luneta térmica.
– Comprobar el alumbrado del vehículo, antiniebla y sus reglajes.
– Niveles de líquido de frenos y aceite, líquido anticongelante y del limpiaparabrisas.
– Limpiar el vehículo, cristales, faros, antiniebla, pilotos, retrovisores y reflexivos para ver y ser vistos.
– Comprobar la presión, dibujo y ranuras (mínimo 1,6 mm) de los neumáticos para asegurar una buena adherencia a la carretera y evitar el deslizamiento.
– Llevar los recambios imprescindibles como son la rueda de repuesto a la presión necesaria y herramientas para su colocación, chaleco reflectante debidamente homologado ydos triángulos homologados de señalización de peligro.
– Llevar un gato, una buena linterna y el teléfono de asistencia en carretera.
Para completar esta fase de previsión, el buen conductor debe planificar su viaje, comprobando antes de salir la mejor ruta, planificando paradas y tiempos de descanso cada dos horas, comprobando el estado de las carreteras, rutas alternativas… todo ello con la ayuda de la página web www.dgt.es donde encontrará toda la información útil al respecto.
Precaución
Nada de toda esta previsión tendría sentido sin la cumplir la segunda parte de la ecuación: precaución al volante una vez iniciado el viaje. Las salidas a carretera buen tiempo dan una mayor sensación de seguridad y disfrute, por lo que hay una tendencia a aumentar la velocidad con la consecuencia de una accidentalidad más grave. Por ello, hay que respetar la señalización tanto fija como la de paneles de señalización variable, así como los límites de velocidad específicos y genéricos de la carretera, guardando en todo momento la distancia de seguridad entre vehículos.
En cuanto a la meteorología, las altas temperaturas exteriores hacen necesario mantener el vehículo a una buena temperatura interior, con la ayuda de los sistemas de climatización de los vehículos, y con una buena ventilación. Paradas y descansos en viajes largos se hacen necesarios en estas condiciones. Igualmente, la formación de tormentas en verano necesitará la adecuación de nuestra velocidad al estado de la carretera y del tiempo, siendo necesario parar cuando las condiciones se vuelvan especialmente adversas debido a intensas lluvias o granizadas.