En un mundo donde la publicidad influye en las decisiones de consumo, se han implementado regulaciones estrictas para la promoción de bebidas alcohólicas y productos de tabaco. Estas medidas buscan equilibrar la libertad de comercialización con la protección de la salud pública y el bienestar social.

Regulaciones en la publicidad de bebidas alcohólicas

Las restricciones en la publicidad de alcohol se basan en una serie de consideraciones de salud pública y sociales. Uno de los principales objetivos de estas restricciones es proteger a los niños y adolescentes ya que puede influir en las actitudes y comportamientos de los jóvenes, aumentando la probabilidad de que comiencen a beber a una edad temprana.

Según la normativa vigente está establecido que no se puede emitir publicidad audiovisual de bebidas alcohólicas que superen los 20 grados de alcohol, a menos que se transmita en un horario comprendido entre la 1:00 y las 5:00 horas.

En cuanto a las bebidas alcohólicas que tengan una graduación alcohólica de 20 grados o menos, su publicidad audiovisual debe cumplir con los requisitos que establece la legislación actual sobre comunicaciones audiovisuales.

Además, se establece una prohibición total de la publicidad de bebidas alcohólicas con más de 20 grados en lugares donde esté restringida su venta o consumo.

Respecto al diseño, contenido y condiciones bajo las cuales se puede realizar la publicidad de bebidas alcohólicas, se aplicarán restricciones normativas que buscan proteger la salud y seguridad de las personas, considerando a quién va dirigida la publicidad, evitando cualquier promoción, directa o indirecta, del consumo excesivo de alcohol y teniendo en cuenta contextos educativos, sanitarios y deportivos. 

Queda prohibida en las instalaciones en las que se celebren competiciones deportivas la introducción, venta y consumo de toda clase de bebidas alcohólicas y de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas.

Regulaciones en la publicidad del tabaco

La publicidad del tabaco contribuye significativamente al incremento de su consumo. En primer lugar, esta publicidad tiene un efecto persuasivo en niños y adolescentes, alentándolos a comenzar a fumar. Además, incentiva a los fumadores actuales a consumir más, mientras que reduce su motivación para dejar el hábito. También existe el riesgo de que los exfumadores, expuestos a esta publicidad, puedan recaer en el consumo de tabaco. Otro aspecto preocupante es que la publicidad crea una percepción social en la que fumar se ve como algo normal o aceptable, minimizando así la relevancia y el impacto de las advertencias sobre los riesgos para la salud asociados al tabaco.»

La normativa en España incluye restricciones severas sobre la publicidad, promoción y patrocinio de productos de tabaco.

La publicidad de tabaco está totalmente prohibida en televisión, radio, prensa, internet y espacios públicos. Esta restricción incluye la prohibición de patrocinio de eventos, actividades así como  la publicidad directa de tabaco en redes sociales y con influencer. Las plataformas de redes sociales tienen la responsabilidad de controlar y eliminar contenido que viole las leyes de publicidad de tabaco.

Si bien se permite cierta publicidad en los puntos de venta, esta está sujeta a restricciones estrictas. 

En cuanto al empaquetado, la normativa establece que sea genérico, esto significa que las cajetillas deben tener un diseño estándar sin logotipos de marca, colores distintivos o promociones. Además, deben incluir advertencias sanitarias grandes y gráficas.

Últimas novedades en la normativa

El rápido desarrollo de la  tecnología e innovación en el sector de las  tabacaleras, como el tabaco calentado, comercializado en España desde 2016, no había tenido restricciones hasta la  última actualización de la normativa el 16 de enero,  que equipara la regulación del tabaco calentado a la del tabaco convencional y ha establecido la prohibición de vender tabaco calentado que incluya aromas, y se exige que las etiquetas advierten claramente sobre sus perjuicios para la salud.

Además, se extiende esta prohibición a la comercialización de productos de tabaco que presenten un aroma distintivo o contengan sustancias aromatizantes en cualquiera de sus componentes, como filtros, papeles para fumar, envases o cápsulas. 

¿Qué es el tabaco calentado?

Son dispositivos que calientan el tabaco en lugar de quemarlo. Los productos de tabaco calentado alcanzan temperaturas suficientemente altas para liberar un aerosol que contiene nicotina y otros químicos, pero generalmente a temperaturas más bajas que la combustión.

¿Cuál es su composición?

Está compuesto por una batería, un software de control de calentamiento y  una fuente de calor: o externa (lámina metálica que se calienta) para aerosolizar la nicotina de cigarrillos especialmente diseñados (por ejemplo, IQOS y Glo), o o una cámara sellada calentada para aerosolizar nicotina directamente de la cápsula de tabaco (por ejemplo, Ploom y Pax).  una boquilla externa adaptable (en Ploom y Pax).Al calentar el tabaco en lugar de quemarlo, los fabricantes de estos productos afirman que se producen menos sustancias nocivas en comparación con el humo del cigarrillo convencional.

Sin embargo, es importante señalar que la OMS y otras autoridades sanitarias advierten que los productos de tabaco calentado no son libres de riesgo. Estos productos contienen nicotina, que es altamente adictiva, y están asociados con varios riesgos para la salud

En España, el dispositivo «I Quit Ordinary Smoking» (IQOS) es un ejemplo de un producto de tabaco calentado, este producto ha ganado popularidad, siendo el único de su tipo comercializado en el país.

El fabricante de IQOS es Philip Morris International (PMI), una de las compañías tabacaleras más grandes del mundo, que ha aumentado considerablemente las ventas de este producto en los últimos años.

Impacto y reacciones

Estas regulaciones han sido recibidas con opiniones mixtas. Mientras que los defensores de la salud pública aplauden estas medidas para la prevención del consumo en menores y la promoción de estilos de vida saludables, algunos sectores de la industria argumentan que estas restricciones son excesivas y limitan la libertad de mercado.

Aunque son pasos importantes, no son suficientes para salvaguardar a los consumidores, especialmente a los jóvenes, también representan desafíos significativos para los anunciantes y las industrias implicadas, quienes deben adaptarse a un marco regulatorio más estricto.

En cuanto a publicidad se refiere, queda mucho por hacer, principalmente para reforzar la protección de la infancia y la juventud frente a los mensajes publicitarios que puedan afectar a su nutrición y desarrollo.

La OMS y organismos  relacionados con la infancia y la nutrición, recomiendan la adopción de medidas regulatorias que impiden que el menor sea objeto directo de mensajes publicitarios de alimentos y bebidas perjudiciales para la salud y desarrollo de enfermedades.

En el año 2022 se realizó el borrador de Real Decreto sobre regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida al público infantil, que ha día de hoy está paralizado por conflicto de intereses de las industrias afectadas.